Si hay un fotograma con piano famoso y obvio, es el del final de la película de Roman Polański “El Pianista”. La fotografía de la película es genial pero en particular la luz en esta parte es maravillosa.
Recordemos como se llega a este punto de la película: Władysław Szpilman, un pianista profesional devastado tras meses y meses en el gueto judío de Varsovia ocultándose de los alemanes, se encuentra con la oportunidad de volver a tocar un piano. Paradójicamente, esto ocurre delante de un oficial del ejercito alemán y puede tocar lo que quiera. Es probablemente el único rastro de humanidad con el que se encuentra en mucho tiempo, y ¿qué elige? pues elige probablemente una de las piezas más complicadas del repertorio de toda la historia del piano: La balada Nº1 en Sol menor Op.23 de Chopin. Y no se para vosotros, pero para mi es una de las escenas más emocionantes de la historia del cine, en gran parte por la poderosa música de Chopin.
La balada tiene muchas y variadas dificultades pero su final es un reto casi imposible para un músico aficionado. Sí no la has oido nunca, aquí hay una buena interpretación de Horowitz. Prácticamente un estándar:
Como resumen, avanza hasta el minuto 6.30 y échale un vistazo a algunos compases dificilillos y luego salta al 8:37 aproximadamente para ver el final de infarto. A mi nunca se me ocurriría ni intentar comenzar a estudiarla pero hay pianistas aficionados que lo han intentado, algunos lo han conseguido y uno ha escrito un libro sobre ello. Me refiero a Alan Rusbridger, editor del periódico The Guardian y pianista aficionado.
El señor Rusbridger decidió dedicar un año de su vida a intentar tocar la balada y escribir un libro sobre la experiencia titulado “Play it again: an amateur against the impossible”.
El libro es muy interesante en varios sentidos. En primer lugar demuestra que todo es posible, aunque requiere trabajo.
En segundo lugar es un viaje muy interesante por el proceso de aprendizaje de algo (en general) y en particular por el aprendizaje musical. En el libro entrevista a famosos pianistas, profesores, neurocientíficos… en definitiva te da una perspectiva muy completa sobre como aprendemos a memorizar e interpretar una pieza musical.
Por último, es una guía para tocar la balada Nº1. Incluye un anexo con la partitura completa y todas las anotaciones sobre dedos y consejos de interpretación. Esto convierte el libro en un recurso muy valioso si te animas a enfrentarte a la pieza. Por el momento, no es mi caso, pero dejo una frase del libro que me gustó porque me explica para que sirve la música en la vida de los músicos aficionados, que nunca serán famosos, ni intentan tener un proyecto musical formal y realmente tampoco lo quieren ni lo necesitan:
“But music has remained - and it is, indeed, a very good way of making and keeping friends. For me, music the easiest excuse in the world for inviting a comparative stranger into my house - and music groups are relatively easy to sustain over time, a natural cause for relatively regular meetings that ordinary friendships sometimes lack."
La película: The Pianist (2002)