Coraline, la protagonista de la película de hoy, vive en un mundo imperfecto, como todos, debo decir, y ansía tener otra vida. Lo que nos cuenta la película es "ten cuidado con lo que deseas" porque puede ser peor que lo que tienes.
La película está basada en una novela de Neil Gaiman del 2002, que es para más señas el guionista del comic The sandman. Eso nos da una clave sobre el tono pesadillesco de la película. La animación es exquisita como todo lo que han hecho hasta ahora en el estudio Laika, pero esta película es para adultos o niños que se parezcan a Tim Burton de pequeño, supongo.
El caso es que aparece un piano que toca solo, o más bien que se toca solo mediante unos brazos mecánicos. Esto, como se puede adivinar, nos permitiría hablar de pianos mecánicos. Ya lo hice en otro artículo en el que hablé sobre pianolas hace tiempo, pero los brazos mecánicos son, sin duda, otro nivel.
Igual hace algunos años sería algo absurdo intentar buscar si hay brazos robóticos que tocan pianos, pero hoy en día no, como podemos ver en este proyecto del Worcester Polytechnic Institute. Vivimos unos tiempos en los que el afan de entender el cerebro humano nos lleva a intentar imitar cada vez más actividades, incluso las que no son estrictamente prácticas como tocar instrumentos o componer.
Proyectos basados en técnicas de inteligencia artificial como Jukebox de OpenAI, o NSyth Super de Google, son inquietantes ejemplos de que los músicos tendrán cada vez más difícil ganarse el pan, o desde el punto de vista opuesto, que se tendrán que ganar la vida con su imperfección, su capacidad de que el público empatice con ellos y el marketing. Quiero decir que dejará de tener valor ser un virtuoso de cualquier instrumento, porque habrá robots que hagan lo mismo con exactitud matemática. Sin embargo, les costará saltarse las reglas o improvisar o hacer algo en directo y desafinar levemente, o entrar tarde a propósito o por error.
Siendo optimistas, en un futuro de inteligencias artificiales haciendo música, tocar en directo tendrá más valor y el talento será recompensado frente a la mediocridad, porque la música genérica la podrán generar algoritmos de inteligencia artificial y tocar robots.
Y con esta oscura visión del futuro musical acabo esta entrada. Como decía al principio, Coraline es una película de animación que no te deja buen cuerpo del todo, para eso mejor ver otra película de Laika, por ejemplo "Missing Link". Definitivamente. Aún así, Coraline es una película muy buena, pero no se la pongas a tus hijos pequeños por error.
La película: Coraline (2009)