He cambiado el controlador MIDI de cabecera, vamos uno pequeñito que entra en el escritorio, del Arturia Minilab a un Keystep 37 del mismo fabricante. Pierdo knobs y pads que usaba poco, pero he ganado otras herramientas utiles para componer, una octava que sí se aprecia si tocas teclados y salidas cv para usar el secuenciador con el Moog Matriarch.
La primera tontería de la que me he dado cuenta al probar el teclado es que puedo hacer lineas de bajo con el arpegiador repitiendo una sola nota y llegar a un esqueleto rápido para luego grabar y editarlo en Live. El modo de acordes y sobre todo el knob de strum da muchas posibilidades.
Otra tontería. Me motiva mucho más la frase que aparece ahora bajo el logo de la marca. En el Minilab pone "Your experience - your sound", pero deben haber cambiado el slogan a "_The sound explorers" y me parece mucho más motivador, porque esto de la producción tiene que ver mucho con explorar tecnicas o ideas para mi.
Algo más relevante es que el tacto de las teclas me parece un poco mejor que en el Minilab. Debería ser el mismo tipo de teclado supongo pero este tiene aftertouch, quizás es un diseño ligeramente mejor. Echaría solo en falta un conector usb-c. Se supone que han mejorado el conector respecto al keystep tradicional pero es una molestia con los ordenadores más recientes que no tienen ya puertos USB antiguos.
Este controlador es bastante intuitivo y a la vez tiene cierta profundidad como para leerse el manual y ver que se puede sacar a nivel práctico con Ableton Live. Además Arturia escribe unos manuales con una perspectiva creativa que no todos los fabricantes tienen, no solo describen de forma fría los controles del cacharro de turno.
Cambiando de tema, estas semanas he visto dos documentales sobre música que me han parecido buenísimos. Uno es The Pedal Movie, que tenía a medias y otro es El arte del sonido con Mark Ronson.
El primero es la historia de los pedales de guitarra y viéndolo se aprende como la tecnología dirige muchas veces el sonido, dándote cuenta de que el sonido de ciertas épocas o incluso de ciertos artistas estaba asociado a ciertos pedales. En la misma línea, el documental de Mark Ronson explora en seis capítulos varios aspectos técnicos de la música y algunos de ellos tienen que ver con los pedales de guitarra. Por ejemplo, dedica un capítulo al reverb y otro a la distorsión, así que estos dos documentales se pueden ver incluso en paralelo.
Recomiendo especialmente El arte del sonido si además eres productor aficionado. Es una fórmula muy entretenida, por el formato en si del documental, como está grabado viendo a un Mark Ronson trabajando en su mesa, que comunica muy bien los conceptos de los que habla, con entrevistas a músicos... cuando se acabó me quedé con cara de "¿ya esta? ¿no hay más?"
Y creo que poco más que contar por el momento.