Hoy tenemos un fotograma de un clásico de Charles Chaplin de 1931 en el que el vagabundo de turno, por giros inesperados del destino, acaba por emborracharse con el particular millonario interpretado por Harry Myers. El caso es que hay un gag muy divertido cuando llegan a casa del millonario borrachos y Chaplin cae de cabeza contra el teclado de un piano.

Chaplin fue compositor de la música de sus películas, y casualmente es City Lights la primera película en la que aparecio acreditado como tal. Según se puede  leer en la página oficial dedicada a Charles Chaplin, él era un músico aficionado desde que era adolescente y llego a tocar el clarinete, el chelo, el violín y el piano. No solo supervisaba la cue sheets de sus películas mudas, si no que componía y colaboraba en los arreglos. En la web se puede encontrar también un artículo sobre la música de City lights que incluye además la melodía de una canción bien conocida en España, La violetera.

No se me ocurre mucho más que contar en esta entrada. Después de todo, no hay técnicas especiales para tocar el piano con la cabeza ni más reflexión que hacer, excepto que de vez en cuando hay que recuperar las películas de Chaplin porque te reconcilian con la humanidad.

La película: City Lights (1931)