Estaba cambiando de canal con más desinterés que otra cosa cuando encontré una vieja película de Clint Eastwood, de esas que no son quizás de las más conocidas. Me quedé viéndola y di con un fotograma con piano fascinante, que además, se me ocurrió, podría no haber sido un piano estrictamente.
Estamos acostumbrados a que en las películas del oeste se vean pianolas, que pueden seguir sonando durante las típicas peleas de Saloon y que además suele traer a la cabeza cierto tipo de sonido, como ragtime. Pero en este caso, podría ser imposible fisicamente, así que me puse a investigar un poco para desentrañar este misterio.
La película está ambientada en los primeros meses tras la Guerra de Secesión estadounidense en 1861 pero según el interesante articulo de Michael Chanan en el libro Piano Roles, las pianolas no fueron populares ni existieron como tal hasta finales del siglo XIX. En concreto un ingeniero americano llamado Edwin Scott Votey patentó el primer instrumento denominado “pianola” en 1897. Aunque ya existían instrumentos semejantes antes y de hecho la pianola americana esta basada en un invento alemán, parece improbable que Clint Eastwood se pudiera haber encontrado una pianola.
En cualquier caso en el artículo de Chanan se encuentran algunas reflexiones muy interesantes sobre la automatización de la reproducción de piezas musicales en los instrumentos basados en un teclado a lo largo de la historia y la relación con compositores clásicos. Así, resulta que Mozart y Haydn compusieron ya para órganos de agua y más tarde Stravinsky llego a componer para pianola, explorando posibilidades más allá de los límites físicos de un pianista humano, como se puede ver en el siguiente video:
La película: The Outlaw Josey Wales (1976)