El viernes viajé a Barcelona expresamente para ver a The Smile y The murder Capital en el Primavera Sound 2022. Probablemente el primer macro-festival al que voy tras la pandemia y ni me acerqué al escenario principal dónde tocaban The Strokes. Ya los había visto en cualquier caso y supongo que este tiempo sin festivales me ha hecho tener poca paciencia con esos conciertos que o te ocupan toda la tarde o tienes que ver de lejos.
Para el caso conseguí ver bastante cerca del escenario los dos conciertos que tenía como objetivo y la verdad es que fueron lo mejor de lo que vi, junto a Brittany Howard.
The Murder Capital hicieron un concierto muy energético, con mosh pit incluido, y por eso probablemente no tocarón On twisted ground que es una de mis favoritas de su único disco por el momento. Muy al contrario comenzarón directamente con Green & Blue, que es como jugarte de inicio una canción que podría ser un bis. Tenía muchas ganas de ver como funcionaban en directo y han confirmado mis sensaciones con el disco. James McGovern, el cantante, es muy bueno como frontman y hace la diferencia en directo.
Lo comentaba esa misma mañana en la tienda física de Suara con el encargado: hay bandas que son su front-man. Y apareció por ahí Future Islands como referencia. Apropiada la comparación, porque en The Murder Capital también existe ese ingrediente, además de la música, que me parece honesta e interesante.
Luego, The Smile. ¿qué puedo decir? Yo he viajado a Londres solo por ver a Radiohead en alguna ocasión, asi que mi criterio no es muy objetivo. Hicieron un muy buen concierto, sonaron bien, Thom Yorke sigue manteniendo su voz y el juego de ir alternando bajo, guitarra y teclados con Jonny Greenwood funciona. Como aficionado al mundo de la guitarra eléctrica, eché de menos ver la mítica telecaster que suele usar Jonny en Radiohead. También, al escucharlo en directo, creo confirmar que A light for attracting attention es un disco de patrones rítmicos complejos que funcionan en varias capas, y ahí se nota mucho la aportación del batería de Sons of Kemet.
Y ya está. Por cierto, la foto de portada del artículo es la familiar imagen de lo que ves sentado cuando esperas a que comience un concierto (y llegaste como una hora antes). Es una de esas cosas de los megafestivales que no tiene ninguna gracia, pero creo que el punto de vista ahí abajo iguala a los seres humanos que habitan el festival, sobre todo en un contexto que parece una competición de individualidad. Los pies en un festival son banales y poco sofisticados para cualquiera, independientemente de la camisa de piñas elegida con esmero, el mensaje de tu camiseta, la purpurina, o las joyas adhesivas con las que decidas enmarcar los ojos.