Hace unos meses estuve en Florencia por segunda vez en mi vida. La primera fue con doce o trece años y pasé por allí sin conciencia de dónde estaba. En esta ocasión, quedé fascinado por la ciudad y pensé lo increible que debería haber sido visitar la ciudad en una época con menos turistas, como la que describe "Una habitación con vistas", ambientada a principios del siglo XX, y volví a ver la película.

La recomiendo para todos aquellos que quieran recordar Florencia, pero entre otras cosas la protagonista es una estudiante de piano, en ese sentido un poco machista del pasado, en que una mujer joven debía tener ciertas habilidades por pertenecer a cierta clase social y por ser mujer. Hay una sección en el libro "Piano roles", del que ya he hablado en otra ocasión,  dedicado a reflexionar sobre este fenómeno analizando fragmentos de "Orgullo y prejuicio" de Jane Austen. Es realmente recomendable.

No quiero acabar esta entrada sin comentar que en Florencia hay un piano que puede tocar cualquiera en la estación de tren de Santa María Novella. Solo hay que bajar unas escaleras y allí hay un piano de pie. Alguna ventaja tenía que tener el mundo moderno para Florencia.

La película: Una habitación con vistas (1985)