Corren tiempos cinematográficos duros, sin estrenos apenas, pero son por otro lado una oportunidad para revisar películas.
En una de estas revisiones he vuelto a ver El Paciente Inglés y tenía varios fotogramas con piano que no recordaba. Creo que de hecho puede ser que descubriera el aria de la Variaciones Goldberg viendo esta película allá por 1997 en la retrospectiva de mejores películas del año que ponían en el Festival de cine de Alcalá de Henares.
Esta película que es un dramón romántico que está muy bien, las cosas como son, siempre me ha fascinado por una escena absurda en la que Kristin Scott Thomas se da un golpe en la cabeza en un encuentro furtivo en un cine con el Conde Almásy. Esto me parecía que bajaba a lo mundano su historía de amor larger-than-life, y eso estaba bien.
Y ocurría lo mismo con las escenas en el presente con Hana, la enfermera interpretada por Juliette Binoche. Eran un descanso emocional en el que sabías que estaban de remontada. Allí habían llegado ya al fondo del pozo y estaban de vuelta. Y así llegamos al piano de esta entrada.
Hana toca el aria en un piano volcado y abandonado en su nuevo hogar con el paciente inglés. Comienza a tocar el aria y luego la primera variación y todo parece una escena sin más trascendencia hasta que de pronto aparece un soldado (Naveen Andrews) que la previene de seguir tocando porque podría haber explosivos ocultos en el piano.
Y sí que los había. Bueno, me encanta esta escena, es impredecible la primera vez que ves la película, y tiene ese mismo efecto de relajación absurdo en el drama. El lugar es además evocador y misterioso, entre libros, cascotes de piedra y un piano.
La película: The English Patient (1996)