De vez en cuando leo libros sobre como componer canciones, hace años escribí sobre "The art of songwriting" de Ed Bell, y acabo de terminar con un librito sobre el tema de Jeff Tweedy, al que muchos conoceran por ser compositor y cantante de la banda Wilco.
How to write one song me ha gustado porque ya tenía la conexión emocional de tener algunos de los discos y canciones de Wilco entre mis favoritos. Es un punto de vista diferente, que el autor de canciones que ya conoces te hable sobre como compone. Ahora bien, si eres solo fan de Wilco y no estas interesado en la temática o en herramientas creativas en general, este libro probablemente te aburra.
Si tuviera que elegir los tres temas más importantes tratados en el libro, uno sería la parte psicológica de componer, en la que trata el miedo a crear, la gestión del ego y los bloqueos creativos. El segundo sería la composición de canciones como artesanía y resultado del trabajo (frente a la inspiración mágica) y por último las recetas creativas de Jeff Tweedy, que están respaldadas por una larga carrera musical.
Solo una canción
El libro explica su título en la tercera página con una frase que me parece elegantemente obvia.
No one writes songs—plural. They write one song, and then another.
Y es un resumen fantástico que elimina de un plumazo el pasado, el futuro y las pretensiones artísticas, o de fama que se suelen interponer en la creación musical. Tweedy se ocupa de extender esta idea durante el libro, ocupandose de las dudas que toda persona tentada a crear música tiene en su cabeza, una a una. Lo hace habilmente, colocando su propia humildad como creador en frente de toda explicación y arriesgandose con los ejemplos que pone, que suele acompañar con algo como "not a perfect poem".
En realidad, creo que es la esencia de todo acto creativo: exponerse y arriesgarse. Los juicios, como contraparte, nos dañan el delicado ego, pero si crear es para ti una forma de vivir, ¿qué importa lo que piensen los demás? A partir de ahí, el trabajo diario acaba por dar sus frutos, porque apuesto a que la primera canción de Dylan tampoco era tan maravillosa.
En el libro se exponen unas ideas sencillas que desmontan las excusas que cualquiera con la pulsión de crear música podría argumentar para procrastinar o abandonar. No en vano, el autor afirma que si tu tienes el deseo de componer, ya eres compositor. Para descubrir la anécdota detrás de esta afirmación, que es muy divertida, tendrás que leerte el libro.
Componer como trabajo diario
Jeff Tweedy nos plantea componer como lo que es, su profesión, y desde ahí nos cuenta su rutina diaria, como tomar notas y convertirlas en canciones.
Mientras leía los capítulos a este respecto, me venían a la cabeza las veces en las que se me ha ocurrido alguna idea musical interesante, y la dejaba ahí, en el aire. Ahora tomo notas de audio, de texto en Obsidian, apunto los acordes...
Y si tomar notas es relevante, es más interesante leer como Tweedy elige ciertos momentos para su revisión, una revisión rutinaria y que forma parte de su día. Eso si que no lo hago 😅 , y es cierto que si no tienes una forma organizada de revisar el material, se puede acumular una cantidad intratable de datos.
Las primeras notas musicales que comencé a tomar fueron proyectos de Ableton Live. Ahora mismo tengo unos cien proyectos con ideas y aunque uso etiquetas del sietema de ficheros de Mac OS para clasificar al menos los más prometedores y poder volver a ellos, no he desarrollado una forma sistemática de sacarlos adelante aun.
Leer sobre la rutina diaria de Jeff Tweedy me ha dado ideas para intentar poner en práctica, que en realidad se basan en el time boxing, y en usar ciertos momentos del día. Como con todo, hay que adaptarlo a las particularidades de cada uno.
Estrategias creativas
La parte más interesante del libro para mi es la dedicada a estrategias para trabajar con letras de canciones. Aquí haré un inciso personal: Hacer música es relativamente sencillo para mi, pero escribir letras me resulta demasiado personal, y me cuesta bastante, más allá de la técnica necesaria para cuadrar la métrica y hacer que fluya rítmicamente.
Asi que, me han encantado estas estrategias que ofrecen una metodología para escribir letras. De alguna forma, te da algo a lo que agarrarte para generar un primer borrador.
Por ejemplo, Tweedy tiene una estrategia parecida a una que leí una vez que usaba creo Sufjan Stevens de abrir varios libros al azar y tomar palabras de cada uno. El libro le da una vuelta a este mecanismo de una forma que me parece muy sugerente, y es acudir a un libro al azar con una melodía construida previamente e intentar cantarla con palabras del libro mientras leemos en diagonal.
También se habla de tecnicas semejantes a las que usaba William S. Burroughs en sus novelas, sobre la mezcla de fragmentos de texto cortados y elegidos al azar, y con las que han experimentado bandas como Radiohead, Nirvana o el mismisimo Bowie.
Yo he tomado bastantes notas sobre estas recetas prácticas para ir poniendolas a prueba y creo que el libro merece la pena solo por los ejemplos prácticos que da.
Conclusiones
Muy buen libro, corto (como se agradece eso) y con un material que se puede aprovechar inmediatamente para mejorar tus habilidades como compositor.
Además, tiene a mi juicio, el valor intrínseco de estar escrito por alguien con varios premios grammy, discos aclamados por la crítica... desde un lugar de honestidad y humildad, que atraviesa el libro hasta sus últimas páginas, en las que el autor escribe:
I don't like every song I write, but I like that I wrote it.
Y por eso acabas el libro con la idea de que crear canciones es un placer al alcance de todos.