Siempre he pensado que tocar un rato el piano o la guitarra es como mi meditación o mi mindfulness. Salvando las distancias, me permite sacar preocupaciones de la cabeza y facilita que el suconsciente haga su trabajo de buscar soluciones, de esas que emergen luego como un "¡Eureka!".
Así que, no me resulta extraño que los científicos de la NASA que aparecen en Interstellar, la película de este fotograma, tengan un piano en su espacio de trabajo. Yo pondría uno en mi oficina sin dudarlo si estuviera en mis manos.
Pero realmente, ¿cómo afecta tocar un instrumento al cerebro humano en ese sentido? Se sabe que escuchar música libera dopamina en el cerebro y pone a trabajar varias regiones del cerebro, pero si tocas un instrumento, como indica Daniel J. Levitin en su libro "This is your brain on music" implica muchas más zonas del cerebro. Por ejemplo el cortex visual si estas leyendo una partitura o el cortex motor para coordinar los movimientos.
Quizás yo tengo esa sensación de relajación porque el cerebro está muy ocupado con una tarea laboriosa y compleja y no tiene recursos para dedicar a otros pensamientos. Me imagino, con cierta ingenuidad, que Jessica Chastain después de escribir unas ecuaciones sesudas e indescifrables en la pizarra, se queda bloqueada ante el siguiente dilema matemático y se pone a tocar algo, quizás una referencia poco evidente de Hans Zimmer como una versión de "Video Killed the Radio Star".
La película: Interstellar (2014)