Alfred Hitchcock es uno de mis directores de cine favoritos. De pequeño vi todas sus películas y aun me siguen fascinando. Entre su filmografía hay tres películas en las que se autoimpuso limitaciones espaciales o de otro tipo para rodar: Lifeboat (Naufragos, 1944), Rope (La soga, 1948) y Rear Window (La ventana indiscreta, 1954). Hoy traigo un fotograma de La soga, película en la que una melodía de piano tiene una gran relevancia narrativa.

La soga está rodada en un único y técnicamente falso plano-secuencia. Es bien sabido que Hitchcock uso la planificación de las escenas para cambiar los rollos de la cámara  y poder conseguir rodar la película en un solo plano. Además de esta limitación la película se desarrolla en un único lugar y tiene una banda sonora diegética, es decir, no hay sonidos que no se produzcan en la escena, al estilo del posterior movimiento Dogma 95, y aquí llegamos a dos ideas muy interesantes: cómo se extrae creatividad de las limitaciones y como se usa en la música en este caso.

Por tanto, en La soga solo hay sonidos que se producen en la escena, y todo ello se usa como banda sonora, desde un gramófono hasta el piano que ocupa el fotograma en esta ocasión. Philip, uno de los protagonistas toca al piano en tres ocasiones el primer movimiento de "Trois Mouvements Perpétuels" (1918) del compositor Francis Poulenc.

En la segunda ocasión, sobre el minuto 46, la pieza de Poulenc se va deformando y acelerando a medida que avanzan las sospechas de Rupert Cadell, personaje interpretado por James Stewart, y Philip va poniendose nervioso. La pieza comienza con el inicio de la composición original y poco a poco va cambiando la harmonía para llevarnos a una música siniestra que subraya el momento de tensión, cambia luego a una tonalidad menor siguiendo los cambios en el particular interrogatorio con piano. Me parece algo genial, puede que poco sutil o creíble desde fuera de la escena, pero genial.

La soga no tuvo mucho éxito en taquilla pero es un experimento valiente en el contexto de la época, sabiendo además que Hitchcock no había dirigido aun las películas más míticas por las que se le recuerda. Probablemente es la semilla conceptual de La ventana indiscreta, dónde todas estas ideas están más depuradas.

La película: La soga (1948)